
La Agenda 2030 con sus objetivos de desarrollo sostenible (ODS) es el plan de la Organización de las Naciones Unidas para avanzar en la sostenibilidad de nuestra civilización. Una de las herramientas más importantes de este plan es la Economía Circular, un modelo alternativo que promete avances significativos en la generación de empleos (ODS-1 y 8); maximizar el tiempo de vida de los recursos naturales en los ciclos productivos (ODS-12); reducir el estrés sobre los ecosistemas naturales (ODS-14 y 15), el consumo de agua (ODS-6) y las emisiones de gases de efecto invernadero (ODS-13); y mejorar el costo de las materias primas (ODS-9). Por ende, la implementación de la Economía Circular tendrá un impacto importante en el desarrollo sostenible de la humanidad.
El concepto de Economía Circular se ha abordado extensamente en la literatura reciente,1,2 y resumidamente se puede entender como: “modelo económico en el que se pretende minimizar la generación de residuos durante la producción de bienes materiales, aprovechando fuentes alternativas de materias primas”. Este modelo se inspira en la naturaleza, en donde no existe el concepto de residuo, y se apoya en operaciones como: reusar, reciclar, re-manufacturar y repensar, para extender al máximo el tiempo de vida de los materiales.
Desde luego, los modelos económicos circulares necesitan de la participación de todos los grupos de la sociedad, esto es: el consumidor, realizando separación desde la fuente y apoyando los emprendimientos circulares; la academia, poniendo a disposición su infraestructura y conocimiento científico para encontrar alternativas de uso y recuperación de los materiales; el sector productivo, proponiendo proyectos para encontrar la forma de distribuir sus productos y buscando fuentes alternativas de materias primas; y el estado, estableciendo un conjunto apropiado de reglas para garantizar la calidad de los productos en cada ciclo e incentivando los emprendimientos relacionados con la Economía Circular.
Aunque en la actualidad los residuos plásticos son el gran foco de atención por sus reconocidos impactos en el suelo, los ecosistemas marinos y la salud en el ser humano, estos no son el único objetivo de la Economía Circular. En la Estrategia Nacional de Economía Circular (ENEC), por ejemplo, el gobierno colombiano ha establecido seis líneas de acción prioritarias debido al impacto ambiental que generan, a las cantidades que circulan en el país y a las oportunidades de mejora y aprovechamiento de sus materiales, estas son:
— Materiales de envases y empaques.
— Optimización y aprovechamiento de biomasa.
— Circulación del agua.
— Fuentes y aprovechamiento de energía.
— Consumo de materiales en centros urbanos.
A parte de la aceptación por parte del consumidor y las regulaciones pertinentes, el aspecto técnico que representa el mayor desafío de estos modelos económicos es la logística inversa, es decir, la recolección de los materiales al finalizar un ciclo. En el caso de los plásticos, por ejemplo, para que su recuperación sea rentable se requiere del agrupamiento de grandes cantidades de este material, ya que, debido a su baja densidad los vehículos recolectores se llenan con facilidad y la operación no es rentable para ellos. Ante este desafío se han desarrollado plataformas como BORSI (Bolsa de Residuos y Subproductos Industriales, del Centro Nacional de Producción Más Limpia), en donde se pueden hacer negocios/intercambios de materiales de las líneas prioritarias y en cantidades industriales.3
En el país se implementan interesantes iniciativas de modelos económicos circulares en las distintas líneas prioritarias. Desde las grandes empresas como Alianza Team® (transformando aceite de cocina usado en biodiesel) hasta MiPymes como Marquímicos SAS (a través de la recirculación de los empaques de los productos). Además, un seguimiento al programa RedEs-CAR (Universidad de Los Andes y la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca) muestra que hay iniciativas importantes en todas las líneas prioritarias con interesantes casos de éxito.
Sin embargo, aunque numerosas empresas están realizando esfuerzos para cerrar los ciclos de los materiales y obtener todos los beneficios de la Economía Circular, es necesario que todo el sector productivo, desde las micro hasta las grandes empresas, involucren este tipo de alternativas a sus modelos de negocios, ya que con esto los avances serán significativos en la Agenda 2030 y se podrán alcanzar las metas propuestas al terminar la década.
Centro nacional de producción más Limpia. BORSI http://www.borsi.org/principal.html (accessed Jun 12, 2021).
Alexis Tigreros Ortiz PhD
Asesor de Innovación
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