Innovación: La fuerza que cambia al mundo

Una de las palabras más utilizadas en el sector empresarial es “innovación”. Sin embargo, en muchos casos no se emplea correctamente y se confunde con otros términos como creatividad o novedad. Actualmente existen numerosas definiciones que se obtienen de la etimología, de manuales internacionales[1] o desde la academia[2]. Por ejemplo, el término innovar etimológicamente proviene del latín innovare, que quiere decir cambiar o alterar las cosas introduciendo novedades. Mientras que en el manual de Oslo se entiende por innovación como: la concepción e implantación de cambios significativos en el producto, el proceso, el marketing o la organización de la empresa con el propósito de mejorar los resultados. Sin embargo, un elemento esencial de la innovación debe ser su aplicación comercial exitosa, es decir, no solo hay que inventar o modificar algo, sino también, introducirlo en el mercado. De este modo, una definición más completa de innovación puede ser: “la aplicación exitosa de nuevas ideas, conceptos, productos, servicios y prácticas, con la intención de ser útiles para el incremento de la productividad y la competitividad”.